A principios del s.XV (en concreto en la segunda década) Italia se avanzó en la formación de este movimiento que más tarde afectaría a toda Europa por casi 5 siglos después. Dicho movimiento tuvo origen en Florencia y tanto el arte como la arquitectura pudieron nutrirse de dicho movimiento. Las famílias más poderosas pudieron hacer florecer dicho movimiento dado que hubo un período de estabilidad política en varias regiones también. Algunos de los grandes artistas del Quattrocento fuerno Alberti, Brunelleschi y Donatello que mirando hacia la antiguedad con Masaccio idearon un sistema de perspectiva óptico único para esa época.
A mitad del s.XV L.Ghiberti embelleció las puertas de bronce del baptisterio de Florencia y otros escultores fueron imitando dicho movimiento hasta llegar a Miguel Angel y Donatello (que para los jóvenes serán tortugas ninja, pero esto lo explicaremos ya en otro artículo…). Durante dicho movimiento también se crearon obras de un gran exquisito colorido como Uccello o A. del Castagno que comprendieron perfectamente el concepto de perspectiva e incluso lo mejoraron.
ARTISTAS IMPLICADOS Y AUGE DEL QUATTROCENTO
Algunos artistas se empezaron a mover hacia el norte de Italia y por esta razón las escuelas de aquella zona empezaron a florecer también. Un maestro de muchos pintores fue Squarcione, que como Crivelli y Mantegna pintó magníficos frescos tanto para palacios como para iglesias. Por otra parte, en un taller veneciano se pintaron también escenas de Venecia como lo hizo Carpaccio y con esto se inició un siglo de una Venecia grande con mucha riqueza y fama. Pasando la última mitad del Quattrocento, en Florencia surgieron varios grupos de pintores célebres entre los cuales destacaron Miguel Angel, Rafael o Da Vinci creando obras de arte perfectas con retratos y frescos que quedaron reflejados en el vaticano para su posteridad. Si bien la mayoría de obras fueron en papel, las grandes obras quedaron impolutas sobre lienzos o frescos que será necesario ir retocando con el tiempo.
Algunas de las obras más representativas de este movimiento fueron Venus y Marte de Botticelli, Anunciación del mismo autor, Las proporciones de la cabeza de Da Vinci, Lamento sobre Cristo Muerto de Mantegna o el Encuentro también del mismo autor.
Como curiosidad, el estilo de pinturas buscaron imitar las cosas tal y como se muestran en la realidad, teniendo en cuenta tanto expresividad, profundidad y movimiento. Podríamos decir que incluso tiene un punto de vista más científico en cuanto a aplicación de técnicas como el punto de fuga, la proporción más correcta y no buscaban tanto la emoción si no era para representar alguna escena bíblica.
Las temáticas fueron variopintas (valga la redundancia en este tema) pero los pasajes bíblicos cobraron mucho protagonismo siendo los más importantes. La pintura mitológica también tuvo mucha fuerza y el retrato con toques muy realistas como la luz ambiental.
En definitiva, fue un movimiento que sentó unas bases para el arte muy bien estructuradas para que luego surgieran otros movimientos también muy interesantes como el rococó, el barroco y otros tantos más que iremos comentando en nuestro blog.
